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Evita que esté en contacto con el aire, la luz y los olores intensos. Elige bien dónde lo vas a guardar
Evita que esté en contacto con el aire, la luz y los olores intensos
Uno de los mayores enemigos del jamón ibérico a la hora de conservarlo es el aire, ya que hace que se seque y que pueda aparecer moho. Por eso, si tienes un jamón ibérico ya empezado cúbrelo para evitar que le dé el aire, ya sea con film de plástico, papel de cocina, de aluminio, etc. Sin embargo, no siempre resultan efectivos estos métodos, así que lo mejor es que utilices la técnica que se ha hecho toda la vida, que consiste en colocar una locha no muy gruesa de la propia grasa del jamón ibérico encima del lugar donde está cortado y taparlo todo con un trapo de algodón fino para que no pase mucha luz, ni humedad ni oxígeno.
Elige bien dónde lo vas a guardar. Otra manera de favorecer la conservación de tu jamón ibérico es colocarlo en un lugar adecuado de tu casa. Debes evitar lugares húmedos, como la cocina, en donde la humedad es constante, si lo vas a guardar en la despensa, procura que esté alejado de productos que desprendan olores fuertes, como el detergente, ya que podría absorberlo el jamón. El sitio ideal para dejar tu jamón ibérico es un lugar frío y seco.
También puedes optar por llevarlo a algún sitio a que te lo loncheen, lo que puede ayudarte en su conservación, ya que estará metido en una bolsa de plástico y eso facilitará que tarde más en secarse. Y por supuesto, la opción más rápida es comprar jamón ibérico loncheado envasado al vacío. Esto te permitirá guardarlo en la nevera y con que lo saques unos minutos antes de comerlo será suficiente, porque estará perfecto para consumir.
Si quieres acelerar este proceso, puedes pasar el sobre de jamón de bellota ibérico envasado al vacío por debajo del grifo con agua caliente. De este modo, el jamón ibérico tomará la temperatura adecuada para ser consumido, y las lonchas se separarán mucho más fácilmente.